El jueves 13 de mayo partimos de Neuquén a Maquinchao (Provincia de Río Negro). Esos últimos dos días estuvieron cargados de despedidas, por parte de los adolescentes, de los niños, de las jóvenes, de las hermanas... Nos sorprendieron con pizzas, tortas, fotos, regalos, cartas. Nos sorprendieron con tanto cariño que si bien se manifestaba en otros momentos no éramos conscientes de lo que estábamos generando.
Esos vínculos creados, esos afectos, ese compartir la vida en las tareas, en las mateadas, en la oración, en las comidas, en las caminatas... esas son "aquellas pequeñas cosas" de las que nos habla Serrat, esas que quedan grabadas en nuestra memoria, que nos alimentan, nos animan, nos impulsan. Neuquén lo vamos a recordar como un lugar de experiencias hermosas, de gente maravillosa, de mucha alegría.
De algún modo en Neuquén confirmamos que este viaje vale la pena; que vale la pena arriesgarse, ir por esos sueños, seguir caminando. La ruta continúa, con muchas más nuevas paradas, donde seguro seguiremos confirmando esta opción.
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