
El Sur... allí donde no indican las brújulas… allí adonde el mundo no apunta.
El Sur.... el Tercer Mundo... los pobres, los insignificantes.
Perdemos el norte de la rutina y las seguridades, y giramos al Sur.
De allí nos llegan, entre gritos y dolores, destellos de otro mundo posible.
Queremos caminar a ese Sur.
Despojados de ataduras. Libres buscando seguir a Jesús.
Libres para que sea el Espíritu el que nos mueva… como a la veleta.
“ Soltar todo y largarse. Qué fascinante
volver al santo oficio de la veleta,
desnudando la vida como un bergante
y soñando que un día serás poeta"
Silvio Rodríguez
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